domingo, 10 de julio de 2011

La parabola del Ave y el Pez

...tuyo era el cielo luminoso y radiante... solo se opacaba con tu belleza y tu sonrisa... la cálida mirada.. el tibio aroma de tu vuelo... tenias la fluidez de la vida.. de un río que corre a raudales.. pero en el cielo podías volar libre y alegre... eternamente... mas no en mi mundo...
por mi parte tenia el mundo a mi disposición... mi océano era basto y extenso.. profundo y azul.. tan azul como la noche misma... no tan radiante y claro como tu cielo.. pero sin duda cientos de veces mas profundo... yo también tenia mis alas.. y flotaba en mi océano hasta incluso tocarte... tu bajabas a mi océano y podías verme tan cerca de ti, que podíamos tocarnos en ese pequeño espacio que coexiste entre al cielo y el mar... una débil capa... mientras tu sostenías el vuelo para no caer.. y yo nadaba para no hundirme... tus colores eras cálidos y hermosos... los míos brillantes e intensos... y nos admiramos... nos encandilamos ambos... uno con el otro... y volaste cerca de mi... y yo nade cerca de ti... cuanto mas quisimos estar cerca,  mas intensa parecía esa pequeña capa que nos distanciaba... y nuestro amor pese a surgir... pese a mantenernos.. se dañaba... cada momento... que tu respirabas... que yo me hundía... no tengo tus alas amor... mis alas no fueron creadas para tu cielo... mi aire no es el mismo que respiras... tan distinta es nuestra realidad que no podemos existir el uno en el mundo del otro... moriría nuestra esencia... pero no puedo dejarte... porque dejarte es también  morir...