miércoles, 6 de abril de 2011

Otoño

La hoja caia mecida entre nacarados fulgores, se dejaba acariciar por una briza calma y constante. a lo lejos, cálidos rayos de oro bañaban el atardecer tranquilo. El aire mas blanco y ligero se colaba facil en los pulmones, cual menta fresca distendia las emociones... Me detuve un momento a contemplar un arbol, como enorme historia de relatos sin tiempo, regalando caricias de fragil recuerdo.
Al contemplarlo se veia enorme y calmo acariciando el viento, cimbrado solo por los arcos en sus movimientos. Antes de caer la hoja, cayo también el ultimo rayo del cielo, declarando entonces que ya partía el invierno...